La música es un lenguaje. Una organización que introduce a los niños a los sonidos y significados de las palabras, y a su vez permite el desarrollo de la memoria. La música puede ser el motor para desempeñar habilidades motrices, intelectuales, sociales, y emocionales. Escuchar música adecuada a su edad, permite el descubrimiento de estructuras verbales que, a través de un juego espontáneo del niño en relación con lo que suena, puede ir explorando y consolidando la comunicación verbal y el lenguaje. A medida que un niño va creciendo, va dando lugar a otras estructuras musicales, es decir, pasa de estructuras sonoras simples a cada vez más complejas, lo cual va aumentando y enriqueciendo no sólo su búsqueda sino también que va acompañando los procesos del pensamiento y su creatividad.
Escuchar la música de un niño es estar en sintonía con sus sonidos, ritmos y melodías. Es compartir y disfrutar de una vivencia mutuamente gratificante; es dialogar y sobre todo darle un valor a esas experiencias padres-niño únicas e irrepetibles para cada relación. El intercambio de una vivencia sonora entre padres y niño fortalece los vínculos en edades tempranas, y se configuran modos de relación que luego el niño utilizará para establecer nuevas y posteriores relaciones.
La música en un niño es un medio expresivo y de comunicación, pero más aún es una forma de vínculo con los otros. A través de ritmos y melodías los niños vivencian sensaciones y sentimientos que generan diferentes aprendizajes en continua relación e intercambio con el “mundo”, las personas y los objetos. Dar lugar a estas manifestaciones musicales–sonoras es dar lugar a que un niño pueda experimentar, explorar y conocer a través de iniciativas propias, nuevas experiencias que favorecen el aprendizaje basado en las emociones.
En el caso de que el niño tenga interés de aprender un instrumento musical hay experiencias muy gratificantes al respecto, donde el profesor es un guía fundamental para agilizar dichos aprendizajes usando la memoria de acuerdo a la edad del niño, obteniendo excelentes resultados.
La profesora de piano María Fernanda Zapata de la Escuela Experimental de Música Manuel Alberto López (EEMMAL), explica en el semanario escolar La Nota Musical que “muchas veces los niños llegan a la clase sabiéndose las piezas de piano de memoria, pero no saben cómo se la aprendieron. Muchas veces las recuerdan porque la metodología de enseñanza es la imitación”.
“Ahora bien, _continúa Zapata_ en edades tan tempranas como las que manejamos en la EEMMAL, es interesante ver de qué manera se puede trabajar la memoria. En el caso de niños muy pequeños (4 a 7 años de edad) es importante ir descubriendo qué tipo de memoria utiliza más cada uno de ellos. Por ejemplo si el niño reconoce más las cosas de manera táctil (temperatura, texturas) su memoria más afinada es la motora. Si reconoce las cosas de manera visible (colores, formas) su memoria más afinada es la visual, y por último, si reconoce las cosas de una manera sonora (agudeza tímbrica, canta con mucha afinación) su memoria más afinada es la auditiva”. Es importante destacar, nos dice la profesora María Fernanda, que la memoria va intrínsecamente ligada a las emociones, pues solemos recordar con mucha alegría las cosas que más nos gustan y con mayor sensación de desagrado las que no, a esto se le llama memorial emocional.
Estrategias para desarrollar la memoria aplicada a la clase de música:
Escoger los colores qué más le gustan al niño, resaltar con ellos un pedazo de la pieza y mientras tocan esta sección, recordarle el color que eligieron para ella. Igualmente al momento de implementar la lectura se puede dibujar la escala en el pentagrama y asociar colores a las notas, de manera que los colores correspondan a las notas y vayan localizando tanto en la partitura como en el teclado (en el caso del piano), el color y el nombre de cada nota.
Para desarrollar esta memoria, un juego divertido es decirle al niño que toque con los ojitos cerrados. De esta manera se ve obligado a reconocer táctilmente en su instrumento la ubicación de las notas y recordar la secuencia de la pieza por movimientos corporales.
Memoria Auditiva
Esta memoria quizás es la más fácil de desarrollar ya que podemos grabar las piezas que están tocando los niños y colocárselas como fondo musical en el auto o en casa. Igualmente esta memoria se puede desarrollar en clase cantando las melodías con los nombres de las notas para lograr una conexión entre la teoría y la sensación auditiva del estudiante.
La Licenciada Luciana Licastro en una Ponencia de Musicoterapia en la ciudad de Buenos Aires, comenta que “la música está en todas partes: en un gesto, un movimiento, una voz, una palabra. Es fundamental en la experiencia temprana con niños ya que acompaña los procesos de crecimiento y da lugar a infinitas manifestaciones; vinculares y sociales emocionales y de aprendizaje”
La profesora Zapata enfatiza en que “hay que recordar que la memoria crea sensaciones agradables y desagradables y es justamente eso lo que nos hace recordar algo en un momento determinado; por lo tanto traten de hacer las actividades con sumo agrado y tratando de divertirse junto a su hijo o alumno” concluye.
Seryhumano.com / Yosmar Herrera
Fuentes: La Nota Musical
musicoterapiaenlainfancia.com