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Los atletas en deportes individuales son más vulnerables a los berrinches ya que no tienen con quien desahogar sus frustraciones, como le ocurrió a Serena Williams en 2009
Es un instante, una fracción de segundo. Es el momento en que años de preparación, de trabajo meticuloso queda relegado a un segundo plano y explota el impulso interior.
Es cuando el deportista pierde el control de sus emociones y da rienda suelta a su infancia, a ese descontento que se transforma en rabietas, pataleos, berrinches.
Si bien los atletas de élite de hoy son dirigidos en cada una de las facetas de sus vidas para soportar la presión de la alta competencia, no dejan de estar expuestos a una reacción «más humana» en determinada situación.
En BBC Mundo recopiló 10 de las más célebres rabietas que ha dado el deporte
John Drummond
El velocista Jon Drummond estuvo convencido de que no se movió tras ser descalificado en una de las series de cuartos de final de los 100 metros planos.
«Me negaron mi sueño«, lamentó después de haber permanecido durante 50 minutos reclamando su inocencia en la pista luego de que el sistema tecnológico detectó un leve movimiento de sus pies justo antes de la salida de la prueba.
En el momento y frente a 72.000 aficionados Drummond se sentó, y luego se acostó, sobre la pista del estadio Saint-Dennis en los Mundiales de Atletismo en Francia 2003.
John McEnroe
Fue en 1981, justo en el torneo que más le gustaba.
El estadounidense John McEnroe ya era famoso por sus reclamos en pista, pero en la primera ronda del Abierto de Wimbledon electrificó a la audiencia cuando protestó una pelota en el partido contra Tom Gullikson que el árbitro Edward James señaló fuera.
«No puedes estar hablando en serio (you cannot be serious)», fueron sus palabras.
Pese al reclamo, McEnroe ganó el segundo de sus cinco abiertos en el All England Club de la capital británica.
Roberto «Mano E’ Piedra» Durán
El panameño fue uno de los más grandes púgiles de la historia, con una pegada que quedó inmortalizada en su nombre.
Durán logró el título en cuatro categorías distintas y si bien alcanzó victorias sobresalientes, como la que tuvo sobre el entonces invicto «Sugar» Ray Leonard, fue la revancha frente al boxeador estadounidense la que más se recuerda.
En ese combate Durán levantó la mano en el séptimo asalto y cedió el triunfo a su rival.
Queda en la cultura popular que el panameño se cansó de perseguir a Leonard en el cuadrilátero y por eso dijo dos famosas palabras: «no más«.
Hubo un momento en el que los dos entrenadores perdieron la compostura y dejaron escapar su indignación.
A José Mourinho, en ese entonces en el Real Madrid, se le recuerda el famoso monólogo de los «por qué» tras perder el encuentro de ida de las semifinales de la Liga de Campeones frente al Barcelona en 2011.
En la previa de ese partido, el técnico catalán Pep Guardiola soltó la frase «el puto amo» que reflejó la tensa rivalidad entre ambos técnicos.
Martina Hingis
A la niña prodigio del tenis suizo le tocó desempeñar el rol de mala en la final del Abierto de Roland Garros de 1999 frente a la heroína alemana Steffi Graf, que tenía la oportunidad de sumar un nuevo Grand Slam después de tres años de haber conseguido su último.
El público se puso del lado de Graf desde el inicio y vitoreó cada uno de sus puntos, mientras reclamaba cada punto de Hingis.
La que en ese entonces era número del mundo no aguantó y abandonó la cancha llorando tras perder en tres sets.
Antonio Rattín
La rivalidad futbolística entre Inglaterra y Argentina comenzó antes de la famosa «Mano de Dios» de Diego Armando Maradona en 1986.
De hecho nació 20 años antes, en el Mundial jugado en Inglaterra.
En un tenso partido disputado en Wembley el árbitro alemán Rudolf Kreitlein expulsó al capitán albiceleste Antonio Rattín sin aparente razón luego de que el jugador le reclamara una de sus decisiones.
Los jugadores argentinos encimaron al árbitro y Rattín se negó a abandonar el campo durante más de 10 minutos, teniendo que ser escoltado fuera de la cancha.
Inglaterra ganó el partido y después el Mundial.
Serena Williams
La tenista estadounidense perdió el control en el Abierto de Estados Unidos de 2009, cuando en semifinales y marcador adverso, le señalaron una falta de pie que dejó la situación con dos pelotas de partido para la belga Kim Clijster.
La menor de las hermanas Williams se dirigió a la juez de línea que había señalado la falta y le dijo «te voy a matar«, según declaró la propia jueza.
Serena, quien fue descalificada, negó haber dicho esas palabras y que seguramente la jueza la escuchó mal.
Michael Schumacher
El alemán Michael Schumacher dominaba a placer el Gran de Bélgica de 1998 bajo la intensa lluvia que caía en el autódromo de Spa-Francorchamps, pero en su camino se interpuso el británico David Coulthard.
Literalmente. Schumacher se disponía a realizar su última parada en los pits cuando estrelló su Ferrari contra el McLaren de Coulthard, perdiendo una rueda y la carrera.
Tras bajarse de su monoplaza el alemán se dirigió rabioso e increpó sin cesar a Coulthard, acusándolo del accidente.
Tonya Harding
La patinadora artística lloró durante sus ejercicios de estilo libre en los Juegos Olímpicos de Lillehammer, en Noruega, en febrero de 1994.
Tonya Harding tuvo problemas con los cordones de uno de sus patines y durante su rutina no pudo completar varias de las piruetas, finalizando en octava posición.
El otro problema fue que las cámaras estaban enfocadas fijamente sobre ella por ser sospechosa, en ese momento, del ataque que había sufrido un mes antes su principal rival, Nancy Kerrigan, en las pruebas previas a los Juegos en Estados Unidos.
Kerrigan, quien pudo participar, terminó segunda en Lillehammer, mientras Harding se declaró culpable por el ataque en marzo de ese año y fue suspendida de por vida.
Billy Martin
Alfred Manuel Martin Jr., mejor conocido como Billy Martin, fue jugador de Grandes Ligas, pero fue su etapa como manager la que más se recuerda, en especial cuando dirigió a los Yankees de Nueva York.
Martin logró un título de Serie Mundial, pero fueron sus protestas las que quedaron en la memoria de los aficionados al patear continuamente tierra sobre los pies de los árbitros.
Fue una rutina que ha sido personificada en diferentes escenas de béisbol en las películas de Hollywood, como en la versión original de «Dónde está el policía«.
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Fuente: bbc.co.uk