Hay un hombre que caminó despierto sobre el agua.
Hay un hombre que con sólo tres años de vida pública logró que su mensaje traspasara todos los tiempos.
Hay un hombre sereno, amoroso, caballero y servicial.
Hay un hombre que puede decir Dios te bendiga, Aho! , Namasté, ya que tiene un corazón que saluda siempre al amor en cualquier idioma, costumbre, religión o creencia.
Hay un hombre que me invita a no juzgar, a no interferir, a no apegarme a nada ni a nadie.
Hay un hombre que me mostró el agradecimiento, el respeto, la aceptación y el perdón como bases principales de mi autoestima.
Hay un hombre que disipa mis miedos, inseguridades acompañándome desde el silencio.
Hay un hombre que me ha enseñado a danzar con el otro desde la alegría, la compasión y la paciencia.
Hay un hombre que me abraza con su voz tierna.
Hay un hombre que con su amor me inspiró a amarme a través de la misericordia de su padre con muchos te quiero.
Hay un hombre que llegó a mí gracias a la expansión del Santo Espíritu.
Hay un hombre a quién llamo Jesús, mi amigo, mi amor y mi gran maestro.
seryhumano.com / Morelba del Valle @ablerom