Seguro que más de una vez te han dicho «Sigue tu pasión«.
Y es que seguir nuestra pasión es algo enorme.
La pasión es la encargada de llevarnos más allá.
La que consigue que nos movamos, que actuemos.
La pasión es nuestra gasolina.
Es la que hace que nuestros motores arranquen.
Pero la pasión no lo es todo.
Si quieres realmente lograr tus sueños, conseguir tus metas, debes tener 2 componentes: pasión y propósito.
¿Cuál es la diferencia?
La pasión está detrás de tus emociones. Es la sensación de certeza de que vas a conseguir tus sueños. Tus sentimientos conducen a tu pasión.
El propósito es el para qué detrás de todo. Es el sentido de tu existencia.
Piénsalo de esta manera: si quieres empezar una hoguera con pasión y propósito empezarías poniendo una base de madera (propósito) e iniciarías la llama con una cerilla (la pasión). Necesitas ambos para que la hoguera empiece a arder. Si la llama se apagara, simplemente tienes que volver a encenderla con otra cerilla (más pasión), pero si no construyes una buena base de madera (propósito) tu pasión rápidamente se apagará por sí misma. Las dos van de la mano.
Ahora viene la parte difícil: podemos tener muchas pasiones, pero sólo un propósito. ¿Cómo saber cuál es cuál?
Empieza con tus pasiones y poco a poco te irás acercando al propósito:
- Crea una lista de pasiones. Identifica lo que deseas. ¿Qué te mueve? ¿Qué te emociona por dentro? Anota todo lo que viene a tu mente.
- Elimina lo innecesario ¿Qué podrías quitar de tu lista sin dejar de ser tú?
- Tu propósito. Echa un vistazo de nuevo a tu lista. ¿Hay algo que te esté llamando la atención? ¿Qué es lo que se niega a estar en silencio? ¿Qué es lo que te está gritando directamente a la cara?
Tú propósito está ahí, llamando tu atención. Está gritándote dentro de ti para ser manifestado. Encuéntralo, cultívalo y compártelo con el mundo.
Eres una persona afortunada. Sabes cuál es tu propósito. Ahora lucha por él.
«Yo diría que lo que el hombre quiere realmente no es, al fin y al cabo, la felicidad en sí, sino un motivo para ser feliz«. Viktor Frankl
seryhumano.com / Andrea Méndez Mollá
Fuente: euroresidentes.com