Heinrich Hansen (1821- 1890), un artista danés que centró su práctica en realizar detalladas vistas arquitectónicas, pasó cuatro años estudiando pintura ornamental en la Academia de Copenhague entre 1842 y 1846.
Obras como La habitación de las cuatro puertas, palacio Ducal de Venecia (1883) muestran su atención al detalle y su talento para recrear la perspectiva y los volúmenes. Asimismo, Hansen ilustra el retrato de sus personajes con ropajes lujosos y coloristas que evocan una era pretérita. Es lo que se advierte en El castillo Frederiksborg, la partida de caza con halcón real (1861), lienzo en el que es evidente la maestría de Hausen al pintar animales.
Los diversos elementos de este cuadro (los humanos, los animales, el agua que fluyen, los edificios estáticos y un cielo cambiante) le sirven para demostrar su versatilidad. Hansen, figura muy respetada en su Dinamarca natal, enseñó perspectiva y dibujo en la Academia y fue pionero de diversos movimientos artísticos daneses. Este es uno de los diversos estudios que el pintor hizo del castillo. Su empleo del color es magnífico, sobre todo en los tonos de la obra vista, que va cambiando delicadamente con los efectos de la pasajera luz diurna y de las sombras; en ciertas zonas son tenues, en otras, ricos de color, aunque sin llegar a perder jamás el sentido de continuidad.
La asombrosa atención por el detalle arquitectónico que caracterizó a la obra de Hansen fue valiosísima desde un punto de vista histórico cuando el castillo Frederiksborg resultó dañado en el incendio de 1859, pues los cuadros del artista ayudaron a los arquitectos en su reconstrucción.
seryhumano.com / Lucinda Hawksley