La palabra «vocación» viene de la raíz latina que significa «llamar», y refleja el sentido de llamada interior o de tarea significativa que debe ser cumplida en el mundo.
Aunque la vocación no es necesario que se refiera a una profesión reconocida o a la obtención de dinero, debe involucrar al corazón, a fin de sentir que hemos encontrado nuestro verdadero lugar en la vida. También necesita manifestarse exteriormente para que nos demos cuenta de que hemos alcanzado el motivo por el que nos han puesto en la tierra.
Para algunos, la vocación puede significar el subir a la cima de su profesión. Para otros puede significar el acto silencioso, pero igualmente comprometido de criar a un niño, o hacer que su jardín sea hermoso.
Todos necesitamos algún sentido vocacional, ya se exprese por medio del desempeño de una tarea o se persiga silenciosamente lejos de la vida laboral. No obstante, a menudo nos sentimos desconcertados respecto al modo de descubrir nuestra vocación, y, si la descubrimos, cómo podremos concretarla.
La vocación puede surgir de una inspiración interior, o puede evolucionar a partir de la necesidad externa que nos impulsa hacia un camino que, más tarde, terminamos por descubrir que era el más correcto.
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Fuente: proyectopv.org