Estamos tan habituados a la estabilidad, a que las cosas “sean como tienen que ser” (o al menos eso creemos nosotros) que cuando llega algo inesperado, como una ruptura, un despido, una enfermedad, o la muerte de un ser querido… la vida nos golpea bien fuerte.
En esos momentos nos volvemos pequeñitos, inseguros, llenos de miedo y con tanta incertidumbre sobre el futuro, que nuestra esperanza se comienza a desdibujar ante nuestros ojos.
Y es que la vida no conoce el significado de “estabilidad”, ¡la vida es cambio! , y por este motivo nos proporciona alegrías y adversidades sin previo aviso.
¿CÓMO PODEMOS ESTAR PREPARADOS ANTE UNA DIFICULTAD?
Es importante tener claro que un cambio sólo es el inicio de una nueva etapa.
A veces esta etapa implica un aumento de nuestro bienestar personal, y en otras ocasiones se corresponde con un periodo de adversidad en el que debemos adaptarnos para afrontar la situación, aprender y salir airosos de esta vivencia.
Recibir el apoyo y ayuda de las personas que te rodean, ser realista ante la situación pero manteniendo la esperanza, encontrar un motivo para salir adelante, y trabajar un estado de ánimo positivo (con ayuda de familiares, amigos, o un profesional de la psicología si es necesario…) son factores que te ayudarán a levantarte, y superar la embestida que la vida te proporcionó.
Por otro lado, resulta prioritario no perder nuestro norte (algo tan complicado a veces en momentos de dificultad). Cuando los problemas nos sacude con ganas, hemos de recordar que nuestra vida sigue teniendo su significado, y que este propósito puede convertirse en la brújula necesaria para focalizarnos y de nuevo tomar el rumbo.
Si te encuentras en esta situación, y no encuentras qué significado tiene tu vida en estos momentos duros, te recomiendo la lectura del libro “El hombre en busca del sentido” del Viktor Frankl, en la que el autor, psiquiatra austriaco, cuenta sus vivencias en un campo de concentración, y cómo consiguió sobrevivir física y mentalmente a esta desgracia.
“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.” Viktor Frankl
Desgraciadamente no hay una fórmula mágica universal para combatir “nuestros malos momentos” pero si existe una capacidad, llamada resiliencia, que nos ayuda a manejar este tipo de situaciones dolorosas de la mejor manera posible para nuestro propio bienestar personal.
Los animo a que busquen historias de superación, hablen con personas que han vivido situaciones parecidas y han sabido salir airosas de éstas.
¡No pierdan la esperanza y sean fuertes!
seryhumano.com / Eva Hidalgo