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En todo el mundo, las personas clasifican colores según categorías similares. Así ha quedado demostrado en el Estudio Mundial del Color (World Color Survey). Según revela esta encuesta, en diversas culturas y lenguas se producen enormes coincidencias respecto a 320 matices cromáticos pertenecientes a las categorías d “verde”, “rojo”, “amarillo”, “azul” o “violeta”.

          Un equipo de psicólogos y científicos cognitivos dirigido por Anna Franklin, de la Universidad de Sussex, ha presentado, por su parte, los resultados de una investigación que sugiere la existencia de una constante biológica fundamental. Los científicos mostraron a 179 niños de entre cuatro y seis meses de edad unas pizarras con los mismos tonos de color que se emplearon en la encuesta internacional. A continuación, acostumbraron a los bebés a un tono concreto. Acto seguido, sustituyeron la pizarra por otra con un matiz diferente. Si el lactante observaba ese nuevo panel con interés durante más tiempo, se consideraba que había percibido el cambio y que asignaba el tono a otra categoría.

          Además, los pequeños ordenaron los catorce matices de la prueba en cinco categorías, las cuales coincidían, casi por completo, con las categorías que los adultos denominan rojo, amarillo, verde, azul y violeta. Dicho de otro modo, los bebés siguen el sistema de categorías universales que quedó patente en el Estudio Mundial del Color.

          Es probable que las categorías de colores ya se hallen preestablecidas en los bebés antes de que estos aprendan sus respectivos nombres, concluyen los autores.

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Con información de PNAS USA