Cuando sonreímos o ponemos cara de pánico damos por hecho que todos los humanos nos entienden, pero un nuevo estudio sugiere que no: los gestos cambian en cada cultura.
La forma de expresar el miedo no es universal
De hecho, varias expresiones faciales que son comunes y reconocibles en Occidente tienen otro significado para uno de los pueblos indígenas más aislados del mundo, que vive en Papúa Nueva Guinea.
Este hallazgo choca con una de las ideas manejadas habitualmente por la psicología –la de que todos los seres humanos expresamos intuitivamente las emociones de la misma manera– y también podría ayudar a desarrollar robots y aplicaciones de inteligencia artificial capaces de leer las expresiones faciales y reconocer las emociones que expresan.
Hasta ahora, antropólogos y psicólogos barruntaban si los humanos disponemos de un catálogo básico de emociones similar y, en ese caso, si se expresan de la misma forma.
Este ya fue el tema principal que exploró Charles Darwin en 1870 en La expresión de las emociones en el hombre y en los animales. En la década de los 60 del siglo XX, el psicólogo Paul Ekman, entonces profesor de la Universidad de California en San Francisco, concluyó que el enfado, el asco, el miedo, la alegría, la tristeza y la sorpresa son las principales emociones humanas y llevó a cabo diversos experimentos con pueblos indígenas para demostrar que las expresiones faciales de estas emociones se repetían en todas las culturas, ya que, según él, se trataba de una respuesta biológica innata.
Durante más de 50 años, esta teoría ha estado vigente en todos los tratados psico-antropológicos, sin que nadie la cuestionara. Hasta ahora.
Los miembros de la sociedad trobriandesa interpretan la expresión que para nosotros significa miedo como una señal de amenaza
Un equipo liderado por los científicos españoles Carlos Crivelli, de la Universidad Autónoma de Madrid, y Sergio Jarillo, del American Museum of Natural History, ha presentado en la revista PNAS los resultados de un doble estudio que cuestiona las tesis de Ekman y aporta pruebas concluyentes de que la expresión de las emociones no es un fenómeno universal, sino que depende en gran medida del contexto y de la cultura en que se exprese.
La investigación, llevada a cabo con 188 adolescentes, en parte españoles y en parte de comunidades relativamente aisladas de las islas Trobriand, un archipiélago perteneciente a Papúa Nueva Guinea, demuestra que los miembros de la sociedad trobriandesa interpretan la expresión que para nosotros significa miedo (ojos muy abiertos y gesto de crispación) como una señal de amenaza.
Para la primera parte del estudio, los investigadores mostraban a un grupo de adolescentes de Trobriand una serie de cinco fotografías de caras con expresiones comunes de alegría, tristeza, enfado, miedo y asco. A su vez, a otro grupo de jóvenes les enseñaban las mismas fotos pero les pedían que señalaran las caras que les sugirieran ofrecimiento, protección, amenaza, sumisión o rechazo.
Tomado de muyinteresante.com
Si quiere recibir en su celular esta y otras informaciones y artículos descargue Telegram, ingrese al enlace htts://t.ime/seryhumano y dele clic a +Unirme