¿Sobrevivirán las ostras y los peces de río al calentamiento climático? Según las previsiones más pesimistas, la temperatura del agua de mares y océanos aumentará entre dos y cuatro grados, a medio plazo. ¿De qué forma este incremento afectará a peces y moluscos de alto valor comercial? Los científicos del proyecto europeo Ceres intentan responder a estas preguntas.
Un grupo de biólogos marinos se ha desplazado hasta Tavira, en Portugal para comprender cómo el aumento de: la temperatura, la salinidad y la acidez del agua, pueden afectar a la fisiología de las ostras. Ya tienen unas cuantas ideas, y las noticias para los ostricultores no son muy buenas.
Domitila Matías, bióloga marina, del Instituto Portugués para el Mar y la Atmósfera explica que “con el aumento de la temperatura del mar, las ostras tienen que filtrar más agua para que la parte interna del molusco se refresque. Su metabolismo se acelera. Gastan mucha energía en este continuo esfuerzo por filtrar el agua, con lo cual su crecimiento se resiente. La talla del molusco es menor y su cuerpo, pierde peso.”
Recogen muestras para analizarlas en el laboratorio. Los científicos también quieren saber, entre otras cosas, si el aumento de la temperatura del mar influye en el ciclo reproductivo de las ostras y cuál sería su efecto a largo plazo. Matías dice que después de “evaluar el impacto del aumento de la temperatura en los ciclos reproductivos de la especie, se estudiará si los huevos resultantes, son o no, viables con el recalentamiento del agua.”
Este proyecto científico europeo está estudiando las ostras pero también otras especies de alto valor comercial, con el fin de comprender cómo afectaría el cambio climático al pescado y al marisco, y cómo puede adaptarse la industria del sector a estos cambios.
Myron Peck, oceanógrafo y coordinador del proyecto Ceres, explica que se puede “predecir la rapidez con la que los peces van a crecer y lo que ocurriría con la existencias de ciertas especies. Después hay ciertos modelos económicos implicados y tenemos que ver qué efectos tendrían estos cambios en los pescadores y en los piscicultores.”
Una planta energética situada en Szczecin, al norte de Polonia, está recalentando las aguas de esta piscifactoría experimental de carpas.
Los investigadores estudian cómo se adapta este pez de agua dulce a un medioambiente más cálido. Y una vez más, según los científicos, estamos ante un reto.
Jacek Sadowski, nutricionista especializado en peces por la Universidad polaca de Pomeranian dice que “cuanto más caliente esté el agua más estresada se vuelve la fisiología de las carpas. Y este estrés las hace más vulnerables a los ataques de virus y bacterias.”
Las piscifactorías comerciales colaboran en esta investigación científica. En ésta se producen cada año cerca de veinticinco toneladas de carpas, pencas, tencas y lucios. Los productores aseguran que gracias a los conocimientos científicos minimizarán riesgos y maximizarán el beneficio potencial.
Según Mateusz Gzyl, ictiólogo del centro Inskie Rybactwa, “se sabe que el recalentamiento del agua puede afectar al crecimiento de los peces. Pero nuestros clientes nos piden carpas grandes de dos, a dos kilos y medio, de media. La comprensión de los cambios climáticos nos permitirá desarrollar estrategias para alimentarlas eficientemente y para ayudarlas a crecer.”
Los investigadores utilizan estas actividades de campo para crear modelos que evalúen los riesgos, la vulnerabilidad y la capacidad de adaptación de las especies estudiadas.
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