Cuando hablamos de relaciones en el ámbito laboral es fácil imaginarse la típica relación entre jefe-subordinado o entre compañeros de trabajo, pero también existen parejas que encontraron antes el amor y que acabaron terminando en la misma empresa.
Encontrar el amor en el trabajo es una situación más común de lo que podemos llegar a pensar. En España un 10% de las parejas reconoce haber empezado su relación en el ámbito laboral. Es normal si tenemos en cuenta que es el lugar donde más tiempo pasamos aparte de en nuestro hogar (los españoles pasan de media entre 8 y 9 horas trabajando).
Cuando tenemos un empleo, no solo invertimos mucho tiempo en él si no que no podemos evitar crear lazos de unión con nuestros compañeros, al fin y al cabo compartimos con ellos objetivos comunes, problemas e incluso emociones. Son personas a las que acabamos conociendo muy bien.
En otros países hay compañías que obligan a sus empleados a firmar por escrito una serie de reglas al entrar a trabajar en dicha empresa, entre ellas el dejar la empresa si se descubre una relación entre miembros. En España, en principio no te pueden echar por tener una relación sentimental con compañeros de trabajo, pero eso no significa que todos los superiores lo aprueben, y si se desencadenasen problemas de esa relación podrían despedirte justificándolo a «otras razones«.
Por otro lado, como bien puse en la introducción, no todas las situaciones son iguales. Por eso vamos a especificar un poco más…
Relación entre dos personas que empezaron a trabajar juntas
El roce hace el cariño y el pasar muchas horas seguidas con las mismas personas hará que empieces a verlos con otros ojos. Esta situación es frecuente porque el ayudarse y conseguir metas comunes crea un vínculo especial entre dos personas. Por otra parte, cuando hablamos de empresas grandes donde hay muchos empleados y hay mucho por hacer, las probabilidades aumentan porque hay menos tiempo de ocio y por ende, de conocer a personas en otros contextos.
¿Qué podemos hacer en estos casos?
Si tenemos una relación amorosa en el trabajo, ¿debemos mantenerla en secreto? Todo depende del empleo y de cómo vean tus superiores este tipo de cosas. Aun así siempre hay una serie de precauciones que debes de tener:
-SI solo comparten sexo casual no tiene por qué suponer un problema siempre que quede claro desde el principio y los dos sepan donde están los límites de la relación. Si son discretos y no se dejan llevar por los sentimientos no tiene por qué afectar al ambiente ni al rendimiento laboral.
-En el caso de empezar algo serio, su relación no debe influir sobre la que tengan con sus compañeros. Si por ejemplo, tienen por costumbre salir todos a almorzar juntos como una gran familia, sigan haciéndolo y no se vayan en solitario.
–No debe notarse desde fuera que son pareja, no queda profesional y quita seriedad. Tampoco se trata de que se traten como desconocidos pero dejen las muestras de afecto para la intimidad. Es importante que se sigan tratando igual. Por otro lado, tienen que intentar que los cuchicheos y rumores en el trabajo no afecten en su vida sentimental. Les concierna o no siempre va a ver personas que les estén echando el ojo y comentando lo que hacen. Seguramente serán la comidilla durante un tiempo hasta que la gente se acostumbre a su relación.
–Evita todo tipo de situaciones que generen un conflicto de intereses. Está claro que no vamos a ser igual de objetivos con un compañero que con la persona que comparte nuestra vida. La mejor manera es manteniéndose apartado directamente de todos los temas laborales que impliquen al otro.
Parejas que tienen una relación y acaban trabajando juntas
En estos casos es bastante difícil que la relación termine bien porque es complicado compaginar la vida laboral con la vida familiar ¡pero no desesperes porque no es imposible! Un ejemplo de este tipo de relaciones es cuando trabajando en sitios diferentes uno de los miembros es despedido o se queda sin trabajo y el otro le ofrece trabajar en su empresa. No es nada recomendable mezclar la vida laboral con la familia pero a veces no queda más remedio. Este tipo de relaciones no suele terminar bien porque las personas necesitamos desconectar y estar en diferentes ambientes, ver a otras personas, otras caras. Podemos pensar en que nuestro caso será una excepción, ¿qué puede salir mal…?
-Es muy fácil mezclar lo personal con lo laboral. Una mala contestación o un malentendido en una de las áreas pueden llevar a sentimientos de rencor que acaben explotando en la otra.
–Todos necesitamos nuestro espacio. No podemos pretender estar viendo a la misma persona todos los días las 24 horas. Si antes volver a casa para ver a la familia después de un duro día largo de trabajo te hacía ilusión ahora puede agobiarte pensar que vas a estar otra vez de nuevo con la misma persona otras 8 horas más hasta que vayas a dormir.
-Deseo de competir. Hay personas muy competitivas que sienten la necesidad de destacar. Es muy común aquella situación en la que el miembro que se acopla en la empresa empieza a recibir más atención y méritos, sintiéndose el otro desplazado o frustrado.
-¿Quién se ocupa de la casa? En el caso de trabajar las mismas horas o/y los mismos turnos…. la pareja tiene que organizar muy bien la vida doméstica.
¿Cuál es la solución?
Hasta ahora solo hemos visto puntos negativos. Aun así, no se puede negar que no haya beneficios. Muchos estudios afirman que las personas que comparten vida laboral y sentimental están más motivados en el trabajo, trabajan con rapidez y se compaginan a un nivel más profundo. Esto puede ser satisfactorio tanto para ellos (a nivel de eficacia personal) como para la compañía.
Si después de valorar los pros y los contras aun estás decidido a seguir adelante con la relación intenta separar tu vida laboral de la otra en la medida de la posible. Por un lado, puedes pedir trabajar en un departamento o sección diferente (si no pasan tanto tiempo junto será casi como si tuvieran trabajos distintos), nunca te metas en los asuntos laborales de tu pareja y no hables nunca de trabajo fuera del horario de oficina.
Por último y poniéndonos en lo peor, haz un mapa mental sobre como tendrías que actuar en el caso de una posible ruptura (no tiene que ser su caso). Lo más inteligente sería pedir un traslado, en caso de que no fuese posible la única solución es tratarse lo más correctamente posible y evitarse durante un tiempo con el fin de no influir en el ambiente laboral.
SI estás viviendo algo parecido y tienes dudas sobre cómo llevar la situación no dudes en contactar conmigo, uno de tus psicólogos en Gijón.
seryhumano.com / Sara P. Lorenzo
Tomado del blog psicolorenzo