Líder, del inglés leader, es una persona que actúa como guía o jefe de un grupo. Para que su liderazgo sea efectivo, el resto de los integrantes debe reconocer sus capacidades. Por ejemplo: “Necesito un líder dentro de este equipo”, “Todos pusimos de nuestra parte para ganar, pero tenemos que reconocer que no lo habríamos conseguido sin nuestro líder”.
El líder tiene la facultad de influir en otros sujetos. Su conducta o sus palabras logran incentivar a los miembros de un grupo para que trabajen en conjunto por un objetivo común
Existen tres frases muy poderosas que usadas oportunamente al guiar un grupo, favorecerán la confianza y motivación en todos los miembros del mismo de manera casi natural:
1 – “No tengo nada que añadir al respecto“: ¿No te parece pesada esa persona que siempre tiene la última palabra en cualquier tema? No importa si estás hablando de economía política, cinematografía o astrofísica, el “Sí, yo sé“, o “Sí, lo leí hace poco“, están en la punta de su lengua constantemente.
Siempre es mejor reconocer que no se sabe de todo (¿Acaso un director de orquesta debe ser un virtuoso de todos y cada uno de los instrumentos?). Deja que cada uno de los integrantes del grupo brille. Reconoce sus aportes y deja que florezcan solos.
2 – “No sé lo que quieres decir con…“: Algunos temen que sus colegas (o sus subordinados) piensen que son ignorantes, incultos o que no tienen suficiente experiencia en su campo… pero lo que en realidad deberían temer es que los consideren “sabelotodos“, cuando absolutamente nadie puede serlo. ¿Cuántos acrónimos, denominaciones y conceptos surgen diariamente en tu trabajo? en el caso del mercadeo no está nada fácil, por ejemplo. Ni hablar en medicina, por decir algo. El secreto está en no temer preguntar cuando no entiendas algo, aunque parezca que eres el único quien lo ignora. “No he escuchado esa frase en ese contexto… ¿Podrías ayudarme a entender?“, es un ejemplo que podrías utilizar. Nadie se reirá de ti (Y si se ríen, son un montón de imbéciles y tu verdadero problema es tener que trabajar con ellos).
3. “Recomiendo que lo mejor sería…“: Una vez que hemos escuchado todos los puntos de vista e incluso comparado el nuestro con el de los demás, hace falta establecer una posición definitiva al respecto. Mucha gente no lo hace por miedo a equivocarse (y que después te responsabilicen si todo sale mal), pero es necesario para que los demás desarrollen su confianza hacia ti. Si nunca asumes una postura concreta acerca de los problemas, ¿Cómo podrás guiar?
Asegúrate de que al pronunciar estas frases, tus brazos no estén cruzados y estés mirando a la gente a los ojos. Nada crea más desconfianza que una persona esquiva corporalmente.
seryhumano.com / Jesús Enrique Rosas
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